Roures y Benet reducirán su porcentaje en Mediapro hasta el 10% y logran evitar la quiebra
Jaume Roures y su socio Tatxo Benet verán reducida su participación en Mediapro al 10% aproximadamente desde el 25% actual, según fuentes conocedoras de la situación, a cambio de la inyección de sus socios chinos que salvará a la productora de la quiebra. Ambos, junto a la empresa publicitaria británica WPP, han firmado definitivamente un acuerdo para ello, que los acreedores de la empresa aceptarán siempre que los inversores pongan todo el dinero que han prometido.
Como adelantó OKDIARIO, esa dilución de Roures y Benet implica también la pérdida de control sobre las decisiones estratégicas por parte de los fundadores de Mediapro. Según el citado acuerdo, el fondo Orient Hontai Capital -dueño del 53% de Mediapro- concederá un préstamo subordinado (cobra por detrás de los préstamos ordinarios y los bonos) para hacer frente a los compromisos más acuciantes: tiene vencida deuda por44 millones más intereses y en diciembre vencen otros 44.
Posteriormente, este inversor se ha comprometido a inyectar otros 420 millones de capital que aportará el oscuro empresario del sector del juego Hao Tang, también chino. Con estas inyecciones, Orient Capital más Hao se harán con el 76% del capital, según informa El Confidencial, algo menos de lo que se estimaba hasta ahora (más del 80%).
De esta forma, tanto Benet y Roures como WPP (que posee actualmente el 22%) mantendrán un porcentaje superior al que había planteado Orient inicialmente. Además, el fondo les ofrecerá un ‘premio’ si la compañía se reestructura y en el futuro incrementa su valor, en forma de una participación mayor en el capital o de stock options. En todo caso, el control seguirá siendo de los asiáticos.
Los acreedores quieren ver el dinero
El acuerdo ha sido forzado por los dos fondos acreedores de Mediapro, Invesco y Searchlight, que habían ofrecido poner ellos 500 millones de capital mediante conversión de deuda si los chinos seguían sin decidirse a inyectar el dinero, ya que llevaban meses «mareando la perdiz». Ahora bien, las fuentes consultadas explican que no terminan de fiarse del acuerdo firmado: «Están en una actitud de wait and see porque los chinos tienen que poner el dinero. Así que parece que la cosa está en camino de reestructuración pero todavía hay que confirmarlo».
La solución se sabrá después de una junta general de accionistas que se celebrará en enero para certificar este pacto. Si entonces no se produce la inyección de capital, los fondos rechazarán la fórmula y exigirán otra que permita reestructurar la productora y, de esta forma, asegurar su futuro y el cobro de las cantidades que les adeudan, unos 500 millones.
Los acreedores bancarios también quieren que los inversores asiáticos aporten de una vez lo prometido y añaden una condición más: que el origen del dinero sea legal. Porque hay muchas dudas respecto a los negocios de Hao Tang, relacionados con el juego y cubiertos por la opacidad habitual de los empresarios chinos.
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